El Templo de Santa Rosa de Viterbo, se encuentra en la capital del estado de Querétaro y es una de las expresiones más hermosas del barroco queretano.

La construcción de este recinto se dio a finales del Siglo XVII y principios del Siglo XVIII. Es una obra de los arquitectos Francisco Martínez e Ignacio Mariano de las Casas. Es considerada como una verdadera joya de la arquitectura virreinal, en su esbelta torre, lucía antiguamente el un reloj de repetición, el primero en su tipo que se construyó en América.

En su interior, conserva casi intacto su carácter primitivo, en donde se despliegan los tesoros de arte que brotaron de las fecundas manos de los artistas coloniales. Aquí se pueden apreciar las decoraciones en tallas en madera, revestidas de sutil capa de oro, que simulan plantas y flores arrancadas de un jardín de ensueño.

El altar del perdón, el altar de la tribuna, los retablos monumentales a San José y a la Virgen de Guadalupe juegan a encontrarse con las mujeres de la biblia y se pierden en los nichos del tambor que sostiene de la cúpula.

En el resto del edificio, podrás admirar relicarios, pinturas e imágenes; objetos que encierran más de 200 años de historia y que son consideradas obras de arte inigualables.

Sobre el altar mayor se destaca la imagen de Santa Rosa de Viterbo, preciado ícono traído de Nápoles por los fundadores del Real Colegio.

En 1699, el protector de la comunidad, Don Juan Caballero y Óseo construyó una pequeña capilla en la que se dio la primera misa en 1703.

En 1727, por petición del Virrey Don Juan de Acuña, el Rey Felipe V de España, reconoció el monasterio y este comenzó a funcionar con el nombre de «Real Colegio de Santa Rosa de Viterbo». De inmediato, los benefactores iniciaron con la construcción de un grandioso templo y convento, de acuerdo con el proyecto de los arquitectos Don Ignacio Mariano de las Casas y de Francisco Márquez.

En 1752 la obra fue terminada y posteriormente se agregaron los contrafuertes laterales para darle mayor resistencia a los pesados muros.

En el año de 1867 y hasta casi un siglo después, el templo funcionó como un hospital civil y, de 1963 a 1967, la Escuela Secundaria Federal número 1 se posicionó en el recinto. Hoy en día funge como el Instituto Queretano de Cultura y las Artes.